Actualmente las marcas se esfuerzan por comunicarse con la generación milenaria. Algunas lo hacen incluso con recelo porque a pesar de ser un público atractivo, poseen características dinámicas y cambiantes, propias de las personas hiper-comunicadas.
Los millennials -nacidos entre los 80 y mediados de los 90- son la generación mejor preparada de la historia. Totalmente familiarizados con la tecnología, sin influencia de los medios de comunicación y con un lenguaje particular para sus conversaciones privadas: los iconos.
El estudio Red 506 de UNIMER señala que un 97% de los jóvenes costarricenses utilizan Emojis (por medio de Whatsapp) para agregar emoción y tono a sus conversaciones.
Aparte de reducir las palabras y facilitar la conversación, permiten representar sentimientos como tristeza, enamoramiento, felicidad, enojo y asombro.
Nuestro cerebro procesa estos símbolos como información no verbal, y resultan tan importantes para transmitir los mensajes como las mismas palabras.
Las marcas han incrementado su uso en los contenidos para medios sociales u otros soportes, debido a que generan un aire de amigabilidad y popularidad.
Algunos casos:
GE desarrolló la Tabla periódica de emojis, con un hecho científico o video que corresponde a cada símbolo.
La organización PETA (defensora del tratamiento ético de los animales) creó la campaña Cruelty Beyond Words que aprovechó las emociones que pueden desencadenar estos signos.
CNN creó Candidatos Emoji para las elecciones presidenciales.
A los anteriores se suman marcas como Ikea, Primark, Burger King, Guinness, Dove y Toyota; todas en busca de establecer una mayor conexión con una generación donde un emoji, vale más que mil palabras.